Tortuga Bay es una de las playas de
la isla Santa Cruz (Galápagos), ubicada a un costado de la ciudad. Para llegar a su hermosa arena blanca es
necesario caminar alrededor de tres kilómetros por una vía habilitada para el
efecto, rodeada de maravillosos cactus, pinzones, lagartijas y en general
vegetación de la zona.
A causa de la distancia es
importante ir aprovisionados de suficiente líquido, pues en momentos el calor
es fuerte; o obstante, el esfuerzo vale la pena.
Al final de la vía está la playa con
una arena que se mantiene fría, pese a la temperatura exterior y provoca
caminar sobre ella sin calzado. Según el
guía, esto se debe a que está compuesta básicamente de restos de conchas. Sin embargo, el primer tamo del mar está
vedado para los bañistas, debido a la fuerza de las olas que más bien son
aprovechadas por los surfistas. El
recorrido continúa unos quince minutos más por la playa, hasta llegar al área
de manglares donde se forma una pequeña bahía de aguas calmas en las que es
posible bañarse, nadar, practicar snorkel, etc.
Pero antes de arribar a este sitio
pudimos observar el tranquilo nado de pequeños tiburones, prácticamente a la
orilla del mar. Las límpidas aguas nos
permitían observarlos nítidamente y disfrutar de un espectáculo que al
principio generaba temor dados los antecedentes que tenemos de los escualos,
traídos por las producciones cinematográficas en las cuales son protagonistas
de ataques al ser humano. Pero estos
eran distintos. Especies calmadas que
hasta parecían sonreírnos y solo cambiaban de expresión cuando estaban a punto
de chocar con los pies del intruso. (ver video adjunto)
En las partes bajas de la bahía
también es posible divisar bancos de pequeños peces que cambian su curso al
sentir de cerca a los visitantes, mientras a un costado se alimentaban los
cangrejos con las algas impregnadas en las rocas.
Los pelícanos esperaban para atrapar
su comida y de rato en rato se daban un clavado en el agua para obtenerlo. En tanto, tres parejas de iguanas tomaban sol
en la arena, sin inmutarse por lo que pase a su alrededor.
Así pasaron las horas en este divino
paraje, hasta que llegó el momento de la larga caminata de retorno.
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