A un poco más de tres horas de Quito se puede visitar la
imponente cascada de San Rafael, la más alta y espectacular del país, con 150
metros de caída y 14 metros de ancho. Está ubicada muy cerca de la población El
Reventador, en el límite entre las provincias de Napo y Sucumbíos.
La cascada nace de la confluencia entre los ríos Quijos y el
Salado y para llegar a esta, hay que caminar unos 15 minutos desde la entrada a
la reserva, donde el visitante debe registrarse pues el área forma parte del
Parque Nacional Cayambe-Coca. Allí hay espacio de parqueo para los vehículos,
pues se encuentra unos 200 metros bajo la carretera. El camino de acceso es
adoquinado.
De ahí en adelante, el sendero se abre paso entre la
vegetación hasta llegar al mirador del salto de agua. No es posible llegar al
lecho mismo, pues la caída es abrupta. ¡Sin duda es un espectáculo imponente! y
su duración depende del tiempo que el visitante decida dedicarle, pues el
entorno es netamente natural.
San Rafael es el atractivo principal de la zona, pero no el único. A pocos metros es posible disfrutar de la naturaleza, con las comodidades que ofrece un lugar de hospedaje. Se trata de la hostería El Reventador que tiene instalaciones adecuadas para el descanso, conjugado con un entorno natural.
Unos kilómetros antes de la población de El Reventador, en
el poblado San Carlos de la parroquia Gonzalo Díaz de Pineda, del cantón El
Chaco (Napo), es posible acceder a la cascada formada por las aguas del río
Malo, llamada Mágica.
Con una altura de unos 50 metros, tiene una caída fuerte,
generando una especie de nube de humedad que se esparce a una distancia de unos
de 150 metros. El ingreso no tiene costo y demanda una caminata por terreno
plano de unos 15 minutos. Hay posibilidad de estacionar los vehículos cerca de
la carretera, en una propiedad privada, por lo que hay que pagar por este
servicio.
El visitante puede acercarse tanto como quiera a la cascada,
aunque de su coraje dependerá cuán empapado salga. No obstante, lo seguro es
que renovará su energía. De ahí, el agua fluye en su cauce, habilitado en
varios tramos para recibir a nadadores.
La cercanía hace de este, un espectáculo inigualable, donde
se conjuga el temor y el respeto por la fuerza de la naturaleza.
El trayecto es ideal para un paseo de fin de semana y óptimo
para hacerlo en dos días, incluyendo hospedaje en la zona de El Reventador o El
Chaco (ubicado a alrededor de 50 km.)
Es posible acceder en transporte público, tomando buses
interprovinciales que se dirijan a la provincia de Sucumbíos. La vía es asfaltada y señalizada. En el tramo posterior a El Chaco, tiene solo dos carriles.
Los servicios de alimentación son económicos y ofrecen comida típica de la zona como maitos o tilapias y conjugan el estilo alimenticio de la serranía con la de la región amazónica.